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Panorama general

La energía es el núcleo del desarrollo. Posibilita las inversiones, las innovaciones y las nuevas industrias que impulsan el empleo, el crecimiento inclusivo y la prosperidad compartida en un planeta más habitable.

Sin embargo, 675 millones de habitantes todavía viven sin electricidad en todo el mundo, y alrededor de 2300 millones de personas dependen de combustibles y tecnologías tradicionales contaminantes para cocinar sus alimentos.

Ampliar las energías renovables y la eficiencia energética, e invertir en electrificación a gran escala, al tiempo que se reducen gradualmente los combustibles fósiles, es fundamental para suministrar energía limpia.

Las crisis energéticas perjudican en mayor medida a los pobres

Las conmociones mundiales, como la pandemia de COVID-19, la guerra en Ucrania y el conflicto en Oriente Medio, han retrasado aún más los avances hacia el logro del acceso universal a una energía asequible, confiable, sostenible y moderna para 2030 (Objetivo de Desarrollo Sostenible [ODS] 7). Los países en desarrollo que enfrentan la carga más pesada tienen una capacidad limitada para mitigar la volatilidad de los precios de la energía, y ello conduce al racionamiento energético en algunos lugares y a un aumento de la pobreza.

Las energías renovables son clave para una energía verde, segura y asequible

La energía renovable puede ayudar a los países a mitigar el cambio climático, generar resiliencia frente a la volatilidad de los precios y reducir los costos de la energía. Las tecnologías de energía solar y eólica son transformadoras (i): son abundantes en muchos países en desarrollo, tienen un costo competitivo y constituyen una fuente de energía confiable cuando se combinan con el almacenamiento. La energía hidroeléctrica también es un tipo de energía limpia y renovable, y una de las fuentes de electricidad más baratas para los consumidores.

Las minirredes solares pueden suministrar luz eléctrica de alta calidad y de manera ininterrumpida a casi 500 millones de personas (i) en comunidades desatendidas y constituir una solución de menor costo para cerrar la brecha de acceso a la energía de aquí a 2030.

Financiamiento de la transición energética

El consumo de energía representa más de tres cuartas partes de las emisiones de gases de efecto invernadero. Financiar iniciativas de eficiencia energética y la aplicación en gran escala de las energías renovables, al tiempo que se reducen gradualmente los combustibles fósiles, es necesario para acelerar la transición energética.

Las inversiones en los países en desarrollo deben multiplicarse por siete hasta alcanzar entre USD 1 billón y USD 2 billones anuales de aquí a 2030 para hacer realidad la transición energética y el acceso para todos. Dos tercios de estas inversiones provendrán del sector privado. Con el objeto de atraer a los inversionistas, los países deben fortalecer las empresas de transmisión y distribución de nueva energía renovable, y elaborar regulaciones y establecer instituciones sólidas dirigidas a supervisar la preparación de proyectos de energía limpia.

Sin embargo, en los países en desarrollo, las costosas inversiones iniciales en eficiencia energética y energías renovables son inalcanzables debido al espacio fiscal limitado y la falta de acceso a financiamiento. Además, la incertidumbre macroeconómica y política desalienta el apoyo de los inversionistas privados a los proyectos de este tipo.

Última actualización: Abr 11, 2024

Contactos en la oficina del país

Ciudad de Washington
Yann Doignon